Admítelo, los errores ocurren con frecuencia, sobre todo cuando se cultiva cannabis. Esta planta puede ser difícil de cultivar, ya que muchas cosas pueden salir mal durante el proceso, desde la germinación hasta la cosecha. Pero estamos aquí para ayudarte a minimizar
Como estás leyendo esto hoy, primero hay que discutir dos supuestos. En primer lugar, estás leyendo esto desde un lugar donde cultivar, consumir y vender cannabis ya es legal, ya sea con fines recreativos o medicinales. Esto significa que no tendrás que preocuparte de ninguna repercusión legal por dar el primer paso de cultivar tus plantas de cannabis. La segunda es que te pica el deseo de ser tú mismo un cultivador de cannabis.
Cultivar cannabis es prácticamente como cultivar cualquier otro tipo de planta, salvo que puede haber características específicas del cannabis a las que debes prestar atención. Ignorarlas conduce a algunos de los errores comunes que cometen universalmente tanto los cultivadores de cannabis principiantes como los experimentados.
Para que tengas un buen comienzo en tu empresa de cultivo de cannabis, este artículo enumera ocho errores comunes que cometen los cultivadores de cannabis, para que puedas aprender de ellos y evitar cometer los mismos. Así que, ¡sigue leyendo!
1. Regar con demasiada frecuencia o en grandes cantidades
Trata tus plantas de cannabis con mucho cuidado. Regarlas es bueno, ya que el cannabis necesita agua para crecer, pero sólo cuando se hace con moderación. Demasiada agua puede, por desgracia, hacer que tus plantas se pudran, poniéndolas en esa situación desesperada en la que ya no pueden respirar. La planta de cannabis morirá muy pronto si la raíz sufre constantemente tanto estrés producido por el agua.
Conseguir el equilibrio adecuado al regar tu planta según su estado implica observar y prestar mucha atención a tu planta de cannabis con regularidad. Su aspecto lo dice todo, sobre todo cuando las hojas empiezan a marchitarse. Registra ese lapso de tiempo, ya que podría darte una estimación definida de la frecuencia con la que hay que regar tu planta de cannabis.
2. No comprender las distintas fases del crecimiento del cannabis
El cannabis es una planta, por lo que también tiene distintas etapas de crecimiento. Los cultivadores principiantes tienen que entender qué ocurre en cada una de esas etapas para poder proporcionar el mejor crecimiento posible que nutra una planta sana. La planta de cannabis necesita distintos niveles de nutrientes, luz y agua, así que ponte a pensar y empieza a estudiar.
Por término medio, se tarda entre cuatro y ocho meses en cultivar una planta de cannabis, dependiendo de dónde lo hagas. Si has hecho una pequeña instalación o invernadero para cultivar en interior, este plazo puede acelerarse significativamente, creando flores en sólo semanas.
3. Elegir semillas viejas o de baja calidad
La calidad de las semillas también es importante. Las semillas viejas tardan más en germinar, si es que llegan a germinar. Cuando lo hacen, las plantas procedentes de semillas viejas también podrían tener una tasa de crecimiento reducida. Por esta razón, es crucial comprar semillas de cannabis sólo a un banco de semillas o cultivador de confianza. La diferencia será enorme cuando empieces con una base sólida procedente de semillas de cannabis sanas, jóvenes y felices.
4. No identificar los signos de estrés de la planta de cannabis
Estar al tanto de los signos aparentes de estrés de la planta de cannabis puede ayudarte a ser un cultivador más proactivo. Esto significa que puedes resolver y abordar los problemas antes de que se conviertan en otros más importantes. De lo contrario, la planta de cannabis seguirá su camino hacia la muerte. Como cultivador, éste debería ser uno de tus temores.
Para ayudarte, aquí tienes algunos signos reveladores de que tu planta de cannabis podría estar ya estresada:
- Las hojas se curvan hacia abajo: Esto suele ocurrir cuando la planta de cannabis se riega en exceso. Las hojas pueden combarse y cojear cuando el oxígeno del suelo se agota por exceso de riego. Además, esto también puede atraer plagas que se alimenten de las hojas, llevándolas al estado insalubre en que podrían estar.
Para evitar que esto ocurra, los cultivadores deben comprobar periódicamente los niveles de humedad del suelo y ajustarlos sólo cuando sea necesario. Los que plantan en macetas en vez de directamente en el suelo también deberían considerar el uso de macetas de tela, ya que favorecen un buen drenaje.
- Las hojas se han vuelto marrones o amarillentas: Como muestran las fotos, se supone que una planta de cannabis sana tiene un color verde vibrante. Alármate cuando se vuelva pardusca o amarillenta, ya que son signos evidentes de una planta enferma. Esto ocurre cuando tus plantas de cannabis reciben demasiado calor o luz, un fenómeno conocido como estrés térmico.
Ten cuidado con tus plantas de cannabis durante la fase de floración, ya que el estrés térmico es lo que más les afecta. El calor destruye las hojas más valiosas de tu planta, dejándote una planta de cannabis angustiada y de mala calidad.
Puedes evitar que esto ocurra controlando cuidadosamente la calidad del aire en el lugar donde se cultivan tus plantas de cannabis. Si es en un lugar de interior, es una buena idea invertir en ventiladores que ayuden a mejorar la ventilación. Y lo que es más importante, ten en cuenta la ubicación de tus plantas. Si están situadas en una zona expuesta a demasiada luz solar, considera la posibilidad de proporcionarles sombra temporal o trasladarlas a zonas con sombra.
- Las hojas están secas: Al contrario que el riego excesivo, las hojas que se vuelven amarillas o marrones podrían ser tu planta de cannabis diciéndote que está deshidratada. Por tanto, recuerda regar tus plantas de cannabis con regularidad, sobre todo cuando aparezcan los primeros signos de sequía. Si el tiempo es caluroso o seco, hazlo temprano por la mañana o por la noche para reducir la evaporación.
Éstos son sólo algunos de los signos persistentes del estrés de la planta de cannabis. Aprenderás más a medida que conozcas tu planta y poco a poco le cojas el tranquillo a ser un buen cultivador de cannabis.
5. Practicar la mala germinación
Algunas semillas de cannabis ni siquiera tendrán la oportunidad de brotar debido a una germinación pésima. Por eso los cultivadores de cannabis deben tener mucho cuidado al germinar las semillas. Para que las semillas tengan la oportunidad de germinar, hay que tener en cuenta lo siguiente:
- Dándole un ambiente oscuro y húmedo;
- Cumplir los niveles adecuados de pH o acidez, si utilizas lana de roca para germinar las plantas;
- Respetar la temperatura ideal de germinación de 22-25 grados Celsius;
- Evita manipular o tocar las semillas con demasiada frecuencia, ya que al hacerlo podrías correr el riesgo de contaminarlas, dañándolas;
- Conseguir buenos niveles de humedad del 70-90%.
Existen muchos métodos para germinar semillas de cannabis; en última instancia, la elección depende de ti como cultivador. Lo más importante es que seas capaz de observar las prácticas de germinación adecuadas para que las semillas tengan una oportunidad perfecta de prosperar.
6. No dar suficiente luz
Los cultivadores principiantes suelen pensar que la planta de cannabis estará bien cuando reciba calor y luz de una sola bombilla. O que una planta de cannabis colocada junto al alféizar de la ventana seguirá creciendo incluso con tiempo nevado y oscuro en el exterior. Sin embargo, la luz que recibe tu planta de cannabis en esos ejemplos no es suficiente.
Debes dar a la planta de cannabis la luz adecuada, sobre todo cuando la planta esté creciendo alta y estirada, con espacio entre los nudos, ya que es señal de que tu esqueje está buscando la luz. Las plantas de cannabis más jóvenes podrían arreglárselas sin mucha luz, pero las plantas no llegarán a la fase de floración con poca luz.
7. No aplicar los niveles adecuados de pH y conductividad eléctrica
Junto con la luz y la nutrición, los niveles de pH o acidez y conductividad eléctrica (CE) también son factores clave para cultivar plantas de cannabis sanas. Sin embargo, muchos cultivadores dependen demasiado del agua del grifo para las plantas, dada su accesibilidad y relativa rentabilidad. En general, esto está bien, pero sólo cuando hayas analizado y comprobado los valores del agua del grifo para asegurarte de que tiene los niveles de acidez correctos para la planta de cannabis.
Los niveles de pH recomendados para las plantas de cannabis difieren en cada fase:
- Durante el crecimiento: de 5,2 a 5,8;
- Durante el periodo de floración: 6,2 a 6,8.
Por otra parte, los niveles de conductividad eléctrica son los siguientes:
- Durante el crecimiento: de 0,8 a 1;
- Durante el periodo de floración: 1,2 a 2.
No controlar estos valores provoca deficiencias nutricionales en la planta de cannabis cuando las raíces se bloquean. Para evitarlo, es muy recomendable utilizar agua destilada u osmotizada, o al menos equiparte con un medidor de pH y EC.
8. Identificar plagas y mohos demasiado tarde
Por desgracia, muchos cultivadores siguen siendo víctimas de plagas y mohos. Sólo pueden identificar su presencia cuando ya es demasiado tarde, y las plantas de cannabis ya se han visto gravemente afectadas. Esto significa que las manchas marrón oscuro, los chinches trueno, los hilos blancos y los ácaros araña ya son reconocibles a simple vista. Aunque tal vez quieras combatir esas plagas de forma natural, en la mayoría de los casos, utilizar insecticidas sería ahora la única solución. Pero incluso entonces, eso tampoco está garantizado.
Aunque se puedan utilizar insecticidas, este remedio suele estar mal visto, sobre todo para los cultivadores caseros, por todos sus riesgos para la salud. Empieza por cortar las hojas afectadas, para que las plantas y flores restantes tengan aún una oportunidad de rebrotar y sobrevivir.
Conclusión: El cultivo de cannabis es un oficio meticuloso que hay que aprender, pero factible
Muchos cultivadores de cannabis buscan el único secreto para cultivar las mejores plantas de cannabis. La verdad es que no existe un único secreto. Al igual que cultivar otras plantas, hacerlo bien requiere tiempo, esfuerzo, paciencia e incluso investigación. Es una afición a la que debes dedicarte a fondo si quieres obtener los mejores subproductos de tus plantas de cannabis.
Aprende de los errores anteriores y asegúrate de que la tuya tiene el equilibrio perfecto de luz, buena nutrición del suelo, aire, humedad, agua y condiciones de cultivo ideales. Y lo que es más importante, dado que el cannabis se está aceptando poco a poco, pero sigue estando muy regulado, respeta siempre las leyes locales sobre su cultivo, consumo y venta.